sábado, 19 de junio de 2010

BICI - RUTA DEL AGUA - GUILLENA - 19.06.2010



Pues sí, para acabar esta primavera tan fresquita, en su último Sábado, Patxi y yo sin tenerlo planeado, este finde tocaba descanso familiar, nos hemos merendao la preciosa rutita del Agua en Guillena. A las 9:45 estábamos pedaleando en dirección al pantano del Gergal y una vez en el camino restringido al tráfico, a gozar de los quince preciosos kilómetros sube y baja hasta la Cantina. La maravilla de ver este embalse a rebosar de agua, con una multitud de conejillos de campo corriendo de aquí para allá y el aire fresquito de la mañana, han hecho del paseo una delicia. Patxi ya va cogiendo la forma, hoy no se ha bajado ni una vez de la bici, ha disfrutado igual que yo del delicioso vértigo de ir volando en bicicleta. Me parece que el veneno ciclil le ha entrado ya en el cuerpo y le va a costar trabajo deshacerse de él. Nos esperan cientos de kilómetros de rutas de ahora en adelante. Bueno, volviendo a la de hoy, al llegar a la Cantina, pues ya sabéis, bocata, coca-cola, dátiles… y a volver por el camino de la Cruz de la Mujer, cuya cuesta de inicio explica perfectamente su nombre. Patxi y yo, toduntirón hasta arriba y luego ocho kilómetros de auténtica gozada, bajando sin parar, hasta Guillena a recoger el coche.
Lo dicho, esto de la bicicleta envenena y engancha que no os podéis ni imaginar. Treinta kilómetros de felicidad sudada………
Un saludo a todos y todas los que seguís este blog, que sé ya de algunos-as, a los que también tiene enganchados-as.
Falsos Llanos.




COMENTARIOS A LA ENTRADA:

manuel dijo...

bueno, bueno, parece que el año que viene habrá un calendario ciclista no???? De momento ya le he puesto un manillar más alto a la mía para ir algo más cómodo. Ahora sólo me falta ponere en forma.

Que paseis buen verano y si hay plan gredos, dadme un toque.

BUEN VERANO.

sábado, 12 de junio de 2010

BICI - CORIA DEL RÍO - SANLÚCAR DE BARRAMEDA - 12.06.2010




Pues sí, lo conseguimos. Nuestro sueño de bajar a Sanlúcar de Barrameda en bici se cumplió ayer. Cuatro hemos sido los escogidos para realizar esta hazaña, cuatro falsos llanos, con una cierta edad ya, pero con el espíritu que nos contagian los chiquillos en nuestro diario y sagrado deber y cuatro los que la llevamos a feliz término.
El avituallamiento era fácil, llevar dos litros de agua, dos bocadillos y dos cámaras de repuesto. Pues bien ¿sabéis quién llevaba tan solo un bote de agua? (err Mig….). ¿Y sabéis quién llevaba tan solo un bocadillo? (err Migu…). ¿Y sabéis quién llevaba tan solo una cámara? (err Migue…) ¿Y sabéis quién pinchó dos veces? (err Miguel…). Bueno, ya veo que sois unos aguilillas y lo acertáis todo. Así que me dejo de adivinanzas y me pongo a contaros que a las 05:45, este narrador salía de su casa en coche, con su bicicleta dentro, a recoger al más veterano del grupo, nuestro formidable Paco, que puntualmente estaba donde habíamos quedado. Dirección Coria del Río, descargar las bicis donde la barca lo cruza y a esperar a los dos que faltaban, que claro ¡no iban a estar a su hora, no! Perdimos una barca mientras esperábamos y ¿sabéis quien venía conduciendo (err……), bueno veo que también lo habéis adivinado, el cual venía acompañado de la estrella del día, con su segunda y flamantísima bici BH Expert 7.5, sí la segunda en cuestión de un par de meses, pues no era otro que nuestro queridísimo superciclista del norte Patxi (no sé por qué se caerá tanto de las bicis teniendo el caché que tiene). La cuestión es que a las 06:45 estábamos cruzando el río en la barcaza, con el agradable viento en las caras y con un horizonte de nubes negras que nos tenían un poquitín acongojados, por no decir una vulgaridad. Los primeros kilómetros una gozada de fresquitos, con el sol intentando salir entre las nubes, los humedales a rebosar de agua y aves, y casi cien kilómetros de pedaladas que nos quedaban delante, ¡vamos, el sueño de un ciclista! El paisaje se iba sucediendo, la temperatura más que idónea y las nubes que se iban alejando cada vez más, cuando nos tropezamos casi de improviso con la primera tasca del camino, a los 40 km del inicio. Como autómatas, el pedaleo estaba haciendo ya sus efectos, nos bajamos y nos tomamos una gigantesca Cruzcampo con el bocata de rigor. Nos supo a gloria bendita y con nuevas fuerzas afrontamos las interminables rectas que nos esperaban a continuación. En el km 54 volvimos a encontrar otra tasca, pero Paco y yo que íbamos los primeros, hicimos caso omiso de ella y pasamos de largo, no era cuestión de darle pie a los dos que venían detrás a pararse de nuevo. A estas alturas el cuarteto comenzaba a estirarse como un chicle, nuestro Patxi con su estupenda BH comenzó a bajarse de la misma y a seguir andando para darle un respiro a su traserito, según él mismo decía. Grupos y grupos de ciclistas nos pasaban en un sentido y en otro, y nosotros poniendo cara de disimulados, como si estuviéramos haciendo tiempo de manera intencionada. Al Patxi hubo que entretenerle hablándole, engañándole con los km que quedaban, empujándole como hacen los ciclistas, rogándole y amenazándole con que lo dejaríamos en la orilla del río hasta que pasara el barco de Sevilla y se apiadase de él. Bueno, no os toméis al pie de la letra estos últimos comentarios, como habréis notado a estas alturas, suelo utilizar, por tenerla muy interiorizada, la ironía finísima de los sevillanos, ¡ qué haría yo en la montaña sin la compañía de Patxi!.
Bien decir también que esta ruta es fantástica, entre otras cosas, porque va paralela al Guadalquivir, hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, con lo que las vistas son preciosas y si se tiene la suerte de ver pasar un barco dirección al puerto de Sevilla, pues no se te olvida por los siglos de los siglos. Nosotros no lo vimos? En estas llegamos a la tercera tasca que hay en el km 68, un poco antes de entrar en el pinar de la Algaida, muy cerca ya de Sanlúcar. Coca-Cola fresquita y “pal” pinar. A la entrada del mismo hay una fuente para beber y un carril bici que lo cruza de norte a sur, por lo que más animados por la inminente llegada y la fragancia de los pinos y matorral noble que hay sembrado a sus pies, llegamos a la barriada de la Algaida, junto a las salinas de Bonanza, que aún obtienen hoy en día una estupenda y blanca sal marina. Bueno ya estábamos en Sanlúcar, cuando nuestro entrañable Migué dejó de verse. Al poco venía andando y empujando la bici y ¿a que no sabéis que le pasaba? Pues sí, su segundo pinchazo del día y claro, ya no le quedaban cámaras, menos mal que Patxi tiene un corazón de oro y le prestó una de las suyas, que si no, todavía está en Bonanza empujando la bicicleta.
¡Lo habíamos conseguido!, cogimos dirección Bajo de Guía y en el Bigote nos tomamos dos cervezas por barba y un atún encebollado, que si en su lugar nos ponen gloria, no nos sabe mejor. Continuamos hasta la plaza del Cabildo, haciéndonos fotos por doquier y subiéndonos encima de las numerosas barricas que adornan la ciudad, ¿imagináis quién?, bueno veo que sois unos linces o es que ya nos tenéis más calados que a un melón en verano. Y claro, solo nos quedaba sentarnos en la Barbiana y pegarnos un homenaje a base de tortillitas de camarones, patatas aliñá, chocos fritos y unos estupendos pedrojimenez (langostinos tigre de tamaño gigante), que cogimos por los bigotes por miedo a que nos mordieran, todo ello regado con una maravillosa manzanilla sanluqueña muy fría.
Por último facturar las bicis, coger el bus hasta Sevilla y despedirnos de este inolvidable día con la intención de volver a repetirlo en cuanto tengamos ocasión.
Para acabar recordaros aquello del trocito de felicidad sudada y trabajada, que hace que una simple cerveza sepa como la mejor exquisitez del mundo y que si la calor aprieta de aquí en adelante, podréis encontrar a estos falsos llanos, navegando en cualquiera de los numerosos embalses, rebosantes de agua, que tiene repartido nuestra preciosa geografía andaluza.



Salud y saludos: Falsos Llanos.

sábado, 5 de junio de 2010

¡PATXI Y YO COGIMOS LA PIRAGUA!...



Por fin se llenó al 100% y Patxi y yo cogimos la piragua. En efecto, esta mañana hemos desempolvado las piraguas después del breve descanso de dos años, las hemos subido al coche y por aquello de la falta de práctica, se nos ha caído una al suelo. ¡Claro, a este Patxi se le ha olvidado ponerle a las barras el protector azul almohadillado que las retiene! y a mí se me han olvidado las cinchas anchas que sujetan firmemente las dos piraguas en el techo del coche. ¡Vaya por dios!. Las hemos sujetado por consiguiente con las cinchas antiguas como mejor hemos podido. ¡Más de media hora en la tarea! pero con coraje y determinación pal pantano del Agrio. Bueno, qué deciros de la sensación, que después de tanto tiempo, se siente al comenzar a navegar por la suave superficie de un embalse de aguas tranquilas y con el viento fresco de la mañana acariciando tu cuerpo. Las energías y las ganas están al máximo, por lo que los marcadísimos meandros que realiza este pantano desde la presa hasta su cola, son simplemente deliciosos. El navegar entre los esqueletos de filas y filas de lo que antaño fueron hermosos árboles, hoy en día sepultados bajo las aguas y asomando tan solo sus partes más altas, da una indefinible sensación de estar navegando por aguas de países lejanos. Bien, dejando la poesía para otro rato, deciros que el Agrio está a rebosar de agua, supongo que al igual que el resto de los pantanos de nuestra Andalucía occidental. Sus aguas negras, posiblemente debido al aporte de metales y restos de minerales de minas cercanas, a una temperatura más alta de lo debido, la calor se está notando ya. Hacia la cola del embalse, el río comienza a despertarse en todo su ser y se convierte en un hermoso arroyo de montaña, este año con un aporte de agua cristalina muy generoso. Sitio que aprovechamos para darnos un buen baño en una de sus numerosas pozas de agua limpia y comer algo antes de batirnos en retirada. La vuelta a toda mecha, no había que perderse la siesta del Sábado, hizo que concluyéramos la etapa en un tiempo record. Y bueno, pues a cargar de nuevo las piraguas, vuelta al pueblo, almacenaje de las mismas y hasta otro día, que este año promete el tema de las piraguas.
Estos falsos llanos nos atrevemos con todo oye, que lo mismo subimos a una cima, que volamos por los caminos montados en bicicleta, que navegamos por donde nos venga en gana. Ya mismo nos planteamos un IronMan y damos qué hablar. No dejéis de seguirnos a través de este fantástico blog y tendréis la ocasión de leer crónicas aún más fabulosas.
Saludos: falsos llanos.

COMENTARIOS A LA ENTRADA:

baldomero dijo...

Por tierra, mar y aire...............el año que viene comenzamos con los parapentes.!!!!!


FALSOS LLANOS dijo...

Mira no me tientes que tengo un hermano que guarda un parapente y un paramotor. Así que lo único que necesitamos es un empujoncito y dos que quieran arriesgarse. ¡Yuuuuuuhuuuuu......!....

jueves, 3 de junio de 2010

BUSCANDO LOS ORÍGENES DE ANA MARÍA...




Sí, hoy ha tocado la excursión, que ya se está haciendo clásica, en la que alguien nos enseña su pueblo. El curso pasado inició esta estupenda idea nuestro compañero Paco, quien durante todo un larguísimo día nos enseñó las ruinas romanas de Turóbriga, el pueblo de Aroche con su estupenda iglesia y por supuesto la inconfundible Encinasola, perdida allá por los confines del norte de Huelva. Bueno, que me pierdo, este año le ha tocado a nuestra simpática y extrovertida compañera Ana María, mostrarnos sus orígenes en la serranía de Cádiz, donde no hace mucho los Tartessos construyeron una ciudad rodeada de ciclópea muralla y los romanos reutilizaron llamándola Ocuri. Bien, pues todo fue llegar a la entrada de Ubrique, nuestro pueblo en cuestión, cuando nos zampamos por barba una enorme molleta con tó sus avíos. En éstas que el mesonero, muy puesto y nosotros con la barriguita bien llenita, pues se nos puso a largar sobre la historia y leyendas al caso de las susodichas ruinas. Y luego claro, a andar to parriba, que es lo que le gusta a algunos, para echar pa fuera las indigestas grasas que nos acabábamos de meter entre pecho y espalda. En esta ocasión fue la mesonera quien suplió al mesonero en el arte de contar y relatar las visicitudes de los antiguos pobladores de estos parajes. Habíamos acabado, cuando a nuestra simpática Ana María se le ocurrió la feliz idea de dar un paseíto por los altos del pueblo, sí por los altos, no por los bajos, sino por los altos, ¿de quién sacará esta mujer esas ideas? y claro, pues a subir cuestas por el precioso pueblito, que había que hacer ganas para seguir comiendo después. La comida generosa, servida muy eficazmente y con magníficas vistas a los alrededores. Tocaba para la siesta la visita al museo de la piel, donde algunos y a esas horas de la tarde, aún le quedaron ganas de hacerse ellos mismos un "preciso". Sí, se trata de un pequeño estuchito de piel, donde antiguamente se guardaba lo preciso para encender el fuego, una monada oye, total por cinco euritos de nada salimos del museo con el regalito para la parienta o pariente y así ganar algunos créditos extras, algunos ya me entendéis.
Bueno, pues eso fue casi todo y si alguien quiere completar la narración con cualquier otra anécdota que sucediera y yo no hubiera estado presente, pues que lo cuente en forma de comentario a este estupendo artículo.
Saludos de este falso llano.