sábado, 10 de septiembre de 2011

BICICLETA: LA ANTILLA - AYAMONTE - 10.09.2011



Pues nada, este curso las salidas ciclistas se han adelantado a las senderistas. No importa, no significa nada, tan solo que no íbamos a desaprovechar un magnífico día como el disfrutado hoy quedándonos en casa y dicho y hecho, pues no eran las diez de la mañana, cuando tres fornidos ciclistas, desde la bonita casa que tiene nuestro amigo y compañero Paco en La Antilla, pues nos poníamos rumbo a Ayamonte por esos caminos que recorren esta hermosa costa, último pedacito virgen que quedaba hasta hace muy poquito tiempo. Bueno, decir también que nuestro entrañable Migué, se ha perdido la presente ruta ya que está necesitado y con urgencia de los preciadísimos créditos familiares que necesita para venirse a Gredos dentro de unas semanas. Por lo que nuestro anfitrión Paco, el Patxi y el que os narra, montados en nuestras extraordinarias máquinas de pedalear, disfrutamos sin límites por los infinitos caminos, que zigzagueando habían de llevarnos a Ayamonte, estupenda ciudad fronteriza que estaba hoy de feria y que tomando su novísimo y completo carril bici, nos llevó hasta Isla Canela, que como su nombre indica, canela de playa, urbanizada con gusto, relativamente respetuosa con el medio y una gozada de ambiente marino. Pues nada, palante hasta la Punta del Moral, donde le hicimos una visita a nuestra querida compañera Mª José, a la que sorprendimos en su pequeña calita particular, leyendo y tomando el sol, es decir, recargando pilas a tope, para comenzar su estupendo proyecto el presente curso. Bien, desde aquí, Paco tenía ganas de enseñarle a Patxi la otra isla, Isla Cristina, para lo cual cogimos por la vía verde, recientemente acondicionada, y a la altura del molino de mareas, girar a la derecha hasta tropezarnos con la preciosa salina que hay a la entrada de la localidad y a continuación su magnífico y coqueto puerto pesquero y de recreo. Llegados al faro, pues a costear por medio de un pinar super preparado para pasar el día, paseo marítimo y de nuevo a La Antilla de donde habíamos salido unas cinco horas antes.
Bueno, como habréis notado, hasta ahora no hemos hablado aún de comidas ni bebidas, po bueno, po vale, je, je, je, Paco y Tere, su entrañable señora, nos tenían preparado un festín en su casa, a base de atún fresquísimo, chacinas de Huelva, salmorejo, etc, etc, amén de unas botellitas de vino que también cayeron como debe ser, con postres y helados para acabar y un cafelito en el mirador del campo de golf, que está por encima de la urbanización. Desde esta atalaya dedicada al senderismo y ciclismo entre compañeros y amigos, agradecer de corazón la magnífica hospitalidad dispensada por nuestros compañeros Paco y Tere, a estos ciclistas que pasaron un inolvidable día en la Costa de la Luz.

Sin más, recordaros que la próxima semana comenzamos con la primera y clásica salida a Sanlúcar de Barrameda, para lo que ya sabéis, andar, charlar, comer, beber y volver a andar, charlar y coger el coche que nos devuelva a nuestros queridos hogares.

Hasta entonces a todas y todos: SALUD Y FALSOS LLANOS.

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