martes, 23 de diciembre de 2014

TORCAL DE LA UTRERA - 23.12.2014



El primer día de las vacaciones de un senderista, es irse a la montaña, así que cuando el Antonio me llamó para preguntarme si le acompañaba a patear y descubrir hasta el último rincón de un torcalito recientemente descubierto junto con su hijo Guille, pues más contentos que la propia perspectiva de unas vacaciones, no eran las 10:40 horas, cuando mochilas a las espaldas, el Antonio, el Guille y el que narra, salíamos dispuestos a descubrir el precioso torcal de la Utrera, o Sierra de la Utrera, sito al sur del bellísimo pueblo de Casares (Málaga), lugar de nacimiento de Blas Infante, en dirección al Canuto de la Utrera, preciosa y enorme grieta al sur del torcalito, con un arroyo que va a parar al río Manilva y que hizo las delicias de este trío de senderistas, treparrocas y atraviesacualquiercosa, saltando de roca en roca, quedándonos ensimismados ante el poderío de las enormes moles talladas por el agua a lo largo de milenios, echando fotos a miles, babeando ante tanto goce en una mañana fría y estupenda para andar, subir, trepar y disfrutar con esta maravillosa y adictiva afición nuestra de subir a la montaña…
Bueno, después de atravesar en bajada el canuto descrito, llegamos a la Ermita de San Adolfo, enlazando con un senderillo que al momento nos dejaría en los conocidos como Baños Sulfurosos de la Hedionda, zona con una construcción habilitada para bañarse de manera libre y gratuita, en unas aguas muy limpias, con algo de olor, bien es verdad que ha llovido recientemente y es posible que con ausencia prolongada de lluvias, las aguas se tornen algo más turbias y mucho más apestosas…destacar también, que en la orilla del río Manilva, donde desemboca esta surgencia a unos treinta metros, existen en las paredes del mismo, lodos con los cuales la gente se embadurna el cuerpo, dando lugar en dicha pared a la existencia de unos curiosos hoyuelos muy llamativos…
Bien, continuamos, ahora ascendiendo siempre, por nuestro caminillo, hasta dar con una verja metálica enorme, con candado, que impide el paso a una zona denominada Cortesín de la Hedionda, consistente en varias construcciones tipo chalet y una muy alargada y fea construcción dividida en muchos apartamentos, seguramente para alquilarlos como alojamientos rurales, pero que ahora tienen aspectos de estar abandonados o cerrados temporalmente. Existe la posibilidad de franquear la valla por un huequito a la izquierda y por supuesto que lo hicimos, ya que teníamos la duda de si el cauce de un río se puede cerrar o no, así que atravesar el recinto construido, regalarnos con unas naranjitas exquisitas gracias a la cortesía de del lugar y continuar por el cauce, a veces por sendilla y a veces saltando de piedra en piedra por el mismo cauce del río, hasta dar con la poza de la Paloma, remanso idílico que forma el río con una pequeña cascadita en una hendidura de la roca. Sabíamos que existen al menos un par de pozas más río arriba, pero los intentos de continuar por el cauce sin mojarnos fueron inútiles, pensamos que en verano y en bañador con unas zapatillas de agua, sí se podría continuar un poco más arriba, pasar por debajo de los vigilantes de las charcas (enormes moles de piedras altísimas que impresionan al caminante) y dar con las dos pocitas existentes: la del Diablo y la última de la cual desconozco su nombre.

Bueno, después de deleitanos excesivamente en la zona, retroceder algo y dar con el sendero que recorre el río por su margen izquierda, subirnos a unos miradores naturales de rocas, bichearlos todos, hasta dar con los dos impresionantes monolitos de piedra a los que hemos llamado vigilantes de las pozas…fotos a mogollón y a continuar hasta abandonar el río, conectar con una pista de tierra perfecta y anchísima, seguir subiendo, abandonarla al poco hacia la izquierda y continuar hasta dar de nuevo con el inmenso torcalito, ahora en su parte norte y desear hincarle el diente lo antes posible.
Primero escalar a la primera de las formaciones, el sombrero, casi idéntico al del Torcal de Antequera, pero algo más pequeño. Aquí la comidita en condiciones, bocatitas, frutitas, cervecitas, isotoniquitas… y palante to tieso, a cruzar el torcal a lo bestia, que a eso habíamos venido. A lo primero una gozada, vengan saltos y saltos, trepaditas y trepaditas, vistas increíbles, formaciones fantásticas y palante, palante hasta que la cosa comenzó a ponerse seria y a tener que hacer más zig-zag de la cuenta, y a bichear por doquier, que por aquí no hay paso, que por allí hay demasiada vegetación, que me pincho, que me agarro, que me destrepo, que vaya jartura de rocas y de pinchos, que al final nos riscamos, que verá que tenemos que usar las linternas, que parece que por aquí podríamos pincharnos todavía más pero que hay que pasar, que pasamos una y otra y otra vez, que por fin, mareados ya de tanta roca y pincho, salimos a una zona algo más despejada, es un decir, pero bastante factible para nosotros, comentar que el Guille se portado como un auténtico Falso Llano, así que le daremos su correspondiente chapita, y ahora a echar mano del gps para que nos sacara lo antes posible del atolladero en el que estábamos.
Al final ni de noche ni ná, con luz del día plena y aprovechando lo tempranito que era, pues decidir el piloto de la nave voladora, coger por la carretera de Ronda y de allí a nuestro bareto preferido de Montellano, donde nos rehidratamos de manera conveniente, acordándonos de nuestro inseparable Patxi, el cual se encuentra en lejanas tierras norteñas junto con su familia a la que les deseamos mucha salud y desearos a todas y todos unas felices fiestas y mejor entrada al nuevo año.

Sin más y como siempre:

SALUD Y FALSOS LLANOS.




COMENTARIOS A LA ENTRADA:

Muy buen enclave.
Ahí estuve hace como 10 años, escalando en unas vías que están dentro del cañón. Eran espectaculares, pero con un grado un poco alto. No he vuelto por la zona. Gracias por el reportaje, socio.
Por cierto, nosotros también somos aficionados a rodar... ahora, en bici de acero.
Un saludo. Franeto.


COMENTARIOS A LA ENTRADA:

Zona preciosa efectivamente. Nos costó salir del torcalito por meternos por tor medio del mismo, pero nos gusta eso y a eso vamos.
Muchas gracias por el comentario Franeto.
Juan José.

sábado, 20 de diciembre de 2014

SIERRA DE SAN JORGE - 20.12.2014



Pues sí, estábamos el Patxi, el Antonio y el que escribe sin nada mejor que hacer y se nos ocurrió para aprovechar el Sábado el irnos a la Sierra de San Jorge, en lo que se conoce como el Arco Calizo Central, formado por numerosas sierras, las cuales, la verdad, es que ya nos quedan pocas por patear, y es enorme…
Así que no eran las 10:45 horas, cuando mochilas a las espaldas, dejábamos nuestra nave voladora en un sitio conocido como la Fuente de los Cien Caños, nacimiento de un riachuelo que va a parar al Guadalhorce que también acaba de nacer por aquí mismo, en el término municipal de Villanueva del Trabuco (Málaga) y con muchísimas ganas y algo de mono por andar, la lluvia nos fastidió el fin de semana anterior, pues mañana fresquita, rodada suave al principio para hacer piernas, fotos a la preciosa y enorme fuente y salir por fin de la pista forestal por la que fuimos durante al menos tres kilómetros hasta localizar un senderillo paralelo a la misma. Ahora sí, ahora la pendiente se iba extremando cada vez más, pero la mañana acompañaba al esfuerzo físico y el mental ya lo poníamos nosotros. Al fin dejamos la compañía de la pista que se perdía en otra dirección y nosotros por nuestro senderillo, más bien de cabras, seguíamos en fuerte ascensión hasta nuestro primer piquito del día y cumbre más elevada de esta sierra, el Alto del Tajo Tello (1414 m), previamente y para nuestra agradable sorpresa, tuvimos que trepar por una crestería magnífica, disfrutona, cortita pero muy inclinada y después de hacernos sufrir alguna que otra asfixia, coronar y tomarnos nuestra primera naranjita del día. Vistas inmensas de toda la sierra y mucho más allá, Sierra Nevada a tiro de piedra, grandiosa y nevada a tope y el resto del Arco Calizo Central a nuestros pies, con los Tajos de Sabar, colonizado hace poco tiempo, delante de nosotros.


Bueno, ahora pabajo dando un pequeño rodeo para salvar la crestita y hacia el Tajo Tello, situado en dirección contraria a la que traíamos y por supuesto campo través, sorteando las rocas y vegetación abundantísima en la zona. Al poco, de nuevo en otro mirador privilegiado, un descansito pequeño aprovechado para nuestras charlitas y para que se nos olvidara buscar las vías ferratas que existen en este hermoso lugar. Este ayuntamiento está promocionando mucho la zona, existiendo en el mismo desde rutas de senderismo, vías ferratas, pistas de despegues de parapentes, un comedero-merendero gigante para los que menos andan, carreras de cross por la sierra, etc. etc..

Pues de nuevo ahora en fuerte bajada hacia una enorme dolina, con una charca propia que en algún sitio he leído como laguna de San Jorge???...caballos asilvestrados y las ovejitas de rigor por doquier, buscar una hermosa encina y ahora comer en regla nuestras famosas viandas, charlas agradables y de nuevo por otra crestita la mar de mona, pues a seguir trepando hasta el siguiente piquito. Nuestra intención hoy, era patear lo más exhaustivamente la sierra, colonizando to los piquitos posibles habidos y por haber, aunque alguno se nos escapó, por lo que de nuevo dirección a otros cuantos que nos pillaban casi de camino y decidir al final de los mismos el ir buscando la salida a la sierra, pues iba quedando poco tiempo de luz. Así que dejamos para otra ocasión el visitar una crestita separada de esta sierra por una manga muy apañada, y que al ir bordeándola para salir de la ruta, vimos que estaba fuertemente alambrada e incluso al final de la misma, el camino que cruza dicha manga está cerrado con una enorme cancela y advertencias para que no se cruce, así que posiblemente nos quedemos sin patear la tan simpática crestita…

Bien, pues ya prácticamente de noche, llegada al coche, recuperación en nuestro bareto de Montellano y sin más y como siempre:

SALUD Y FALSOS LLANOS.

sábado, 6 de diciembre de 2014

VALLE DEL GENAL - CINCO PUEBLOS - 06.12.2014



¡Vaya! esta vez el tiempo nos la jugó y no pudimos realizar la ruta programada en su fecha, así que a la siguiente semana, cuatro Falsos Llanos a los que no les gustan las aglomeraciones de los puentes reglamentarios, pues no eran las 9:45 horas, cuando mochilas a las espaldas, el Patxi, el Migué, el Pepe y el que escribe, salían de Parauta, pueblito de la Serranía de Ronda en el hermosísimo Valle del Genal, primero de los cinco que pretendíamos visitar, por supuesto andando y no en coche como los turistas propios de estos súper puentes.
Bien, y además, pues mañana fría y luminosa, perfecta para andar, como nos gusta en pleno invierno, aunque aún no haya entrado, buena pendiente hacia abajo, buena compañía y unas ganas de respirar naturaleza como la que estos Falsos Llanos experimentan cada vez que salen a la sierra. Al poco, el primer riachuelo a cruzar, cuyas frías aguas fluirán al Genal y comenzar la primera de las enormes y larguísimas cuestecitas de extrema pendiente del día, perfecta para entrar en calor y calentar las piernecitas que acabarían al final de la jornada totalmente exhaustas.
Ya aquí comenzamos a cruzar los enormes castañales que existen en este valle. Castaños gigantescos, centenarios, jóvenes y de todo tipo, perfectamente cuidados y explotados por la gente del lugar, supongo que las toneladas de castañas que deben dar, las exportarán a otros países, ya que tan enorme producción no creo sea capaz el mercado interno de absorber.
Al poco llegamos a nuestro primer pueblete, Igualeja, precioso, serrano, con su propio río cruzando las calles del pueblo y acabado de surgir en la zona conocida como el nacimiento, a la entrada del pueblo y que por supuesto visitamos por empeño del Migué, cosa que tuvimos que agradecerle por la belleza del lugar.


Salida de Igualeja por un trecho de carretera hasta dar con el sendero, nada más cruzar un puente, fortísima subida inicial y entrada a lo que en la red algunos llaman el camino de los castaños o el bosque encantado de castaños. La verdad es que es impresionante andar por estos castañares, con el suelo tapizado por completo de hojas caídas, lástima no haber venido dos o tres semanas antes, para contemplar el espectáculo de las hojas amarillas y ocres en los propios árboles, así y todo el paisaje de color en esta sierra, simplemente impresionante. Al poco, después de varias miles de fotitos, el camino entra en una pista forestal, recientemente asfaltada, lástima, ya que estropea la belleza del lugar y que se podría estudiar la forma de evitarla para una próxima vez, aunque la verdad es que las vallas abundan sobremanera en esta sierra, así que ya veremos… Al fin, este es el tramo más largo entre los pueblos recorridos, llegamos a Pujerra, mediodía, cervecita en un baretillo y comida idílica en el tronco caído de un castaño, al sol y con el valle del Genal, to enterito pa nosotros, pa que los bocatas nos sepan mejor que el mejor de los menús del mejor restaurante de cualquier sitio. Cervecitas, vinitos, mostitos y hasta bebidas carbónicas y dulzonas que algunos se empeñan en darle a su cuerpo… ellos sabrán… sobremesa con charla jugosa y pocas ganas de acabar con tan placentero quehacer… pero la realidad es la realidad y aún nos quedaba casi la mitad del recorrido y eran ya casi las cuatro de la tarde. A partir de aquí, sin desmerecer el bosque de castaños andado, el paisaje se transformó en un bosque mediterráneo de encinas, alcornoques, matorral noble…y el camino en un precioso y divertido sendero de montaña, con un precipicio a nuestra izquierda y que en un vertiginoso zig-zag, luchando a veces con la intrincada vegetación hasta dar de nuevo con el senderillo, nos llevó al lecho de un arroyo, que fue fácilmente cruzado. Al poco, también a nuestra izquierda, abajo en un llanito, apareció la primera y “Real Fábrica de Hoja de Lata y sus Adherentes” (1731) que se construyó en España, hoy día abandonada. Nosotros palante de nuevo hasta tropezarnos con el verdadero Genal, ha llovido bastante, así que aunque el río por aquí es bastante joven, llevaba suficiente agua como para que los pasos existentes no fuesen practicables, así que nada, nada, a quitarnos las botas, a cruzar descalzos y de nuevo a subir una pendiente fortísima hasta llegar a uno de los pueblos más pintorescos de la zona, Júzcar, conocido como el pueblo pitufo, como consecuencia de haber pintado de azul todas las casas del pueblo para el estreno de dicha película y mantener desde entonces, Junio de 2011, el color de las fachadas tras consulta popular. La verdad es que la afluencia de turistas para ver el colorido singular de las calles del pueblo, de seguro ha sido mucho más eficaz que la atracción del paisaje serrano, su gastronomía o lo que tú quieras… Imposible siquiera de tomarnos un café, so pena de malgastar media hora de la que no disponíamos, ya que el sol caía y caía y las sombras de la tarde nos bañaban por entero. Así que nada, salir del pueblo por su parte más alta, refrigerio propio y de nuevo a bajar y bajar hasta el siguiente riachuelo y subir y subir hasta el cuarto de nuestros pueblos, Cartajima, al que llegamos ya completamente de noche y borrachos de caminar, hoy no hemos tenido tiempo siquiera de tomar nuestros magníficos tragos largos, aunque los caminantes lo éramos.
Frontales a la cabeza, luz para el gps y a fiarnos del mismo, pues aunque teníamos plena luna llena, de momento estaba muy baja y la ladera por la que bajábamos se encontraba en plena negrura. De nuevo el cruce del correspondiente riachuelo de marras, cruzar por dos veces el mismo, no sabemos si por el mareo de tanto camino, o por culpa del gps, o que como no veíamos ni a tres en un burro, pues que nada oye, a cruzar y localizar casi sin querer el caminillo que de nuevo en fortísima y larguísima subida, nos llevaría a nuestro quinto y último pueblete, lugar de salida por la mañana, donde con un fortísimo viento que se había levantado justo al anochecer, nos cambiamos y rápidos y veloces, desfallecidos, al bareto de Montellano a recuperarnos de tan largas y extremas fatigas tan deseadas por estos Falsos Llanos.

Sin más y hasta la próxima:

SALUD Y FALSOS LLANOS.

sábado, 15 de noviembre de 2014

SIERRA DE LA CUEVA - CUEVAS DEL BECERRO - 15.11.2014



No eran las 10:15 horas, cuando de nuevo, el Patxi, el Antonio y el que escribe, mochilas a las espaldas, comenzaban una nueva ruta, que aunque sobre el mapa vaticinaba normalita, en la realidad se convirtió en un pedazo de rutita con cuatro, sí cuatro crestitas la mar de monas.
La salida desde el mismo pueblito de Cuevas del Becerro, una monada oye, nos llevó al nacimiento del río Cuevas, donde han construido una zona recreativa y un paseo a lo largo de las calles del pueblo, verdaderamente delicioso. Nosotros, parriba al primer cerrete donde las ruinas de algún posible emplazamiento medieval??? A continuación, hacia el frente para subir al cerro El Castillejo (936 m) y donde casi nada más empezar, nos encontramos con una hermosa crestita, la mar de afilada y juguetona, que hizo las delicias de estos tres fantásticos Tragos Largos y donde nos fotografiamos a caballo en su piquito, no por fardar, sino porque era tan afilada que el mareíllo lo aconsejaba, por no decir una grosería… Nada, nada, envalentonados, a terminar la crestita, a bajar de la misma y dirigirnos, dando un pequeño rodeo hacia la derecha para poder enfilar desde el principio la segunda cresta, que ya suponíamos al verla desde lejos. Ésta segunda, aunque disfrutona, fue más corta y simple que la anterior, pero no desmereció, así que una vez coronado el Cerro del Castillón (956 m), a bajar por donde pudimos, rodear un precioso olivar, tomar una pista a trechos asfaltada, y tropezarnos con nuestra primera vallita del día. Como mis compañeros, últimamente son algo reacios a subir vallitas, pues que parece que la valla que sube sigue el mismo camino y no hay que saltar, nos metemos por un auténtico barrizal, la noche anterior había estado lloviendo, y al final del trechito, pues a saltar la valla, que no hay más remedio. Así que embarraditas las botas, a seguir por un camino ancho de tierra, llegar a una zona muy despejada, tratar de averiguar una figura bastante curiosa que formaban, vista desde el aire, unos caminos realizados en esta zona, al ver obras de alcantarillado, pensar que habrá sido un intento de urbanización de la ladera de la montaña, hoy abandonado, y seguir por la falda hasta jartarnos y decidir comenzar a subir ya, campo través, hasta dar con la zona rocosa, inicio de nuevo de una tercera crestita, pequeña, facilona, pero crestita.


A estas horas aún no habíamos comido, así que decidir, que ya era hora, que la ruta estaba siendo mucho más lenta, por lo laborioso de las crestitas, acabar el almuerzo y continuar hasta el vértice del pico Colorado (1054 m), también por otra mini crestita. A partir de aquí se abrían ante nosotros varios piquitos monos, que el coleccionista de picos quería subir, claro, así que paciencia, siempre saltando por las rocas y la vegetación, subir al cerrete de Los Tercios, otro poquito y dos de nosotros, ya sabréis quien se quedó, decidir subir por donde pudimos al cerro de Los Frailes, con trepadita y salto de valla incluido, bajar por donde teníamos que haber subido, conectar con el compañero abandonado, seguir palante, volver a subir a La Piedra del Molino, e inmersos en un torcalito precioso, darnos cuenta que se estaba haciendo de noche, que la vuelta era aún bastante larga, que no podíamos entretenernos en investigar el mismo, que pabajo por una hendidura muy ancha, pero dificultosa, seguir ahora sí el track de seguridad, continuar bajando y dando un rodeo por sitios cada vez perores y cada vez más oscuro, subir por una zona más despejada y comenzar a bajar en busca de un camino de personas, ya en plena noche y descansar cuando vimos que el camino además estaba asfaltado. No nos gusta ni el cemento ni el asfalto, pero de noche cerrada, la verdad es que es un alivio, de todas formas para no ver nada y no poder disfrutar, pues mejor la carreterilla y palante ligerito hasta dar con el pueblete donde nos rehidratamos un poquito, antes de llegar al bareto de Montellano, donde acostumbramos a rehidratarnos en serio y reponer todo tipo de sustancias gastadas durante la jornada.

Sin más y como siempre:

SALUD Y FALSOS LLANOS.