sábado, 5 de julio de 2014

POSICIONES VELETA - CORDADA CABALLO - 05.07.2014





Estamos en Julio y los Tragos Largos (grupo extremo de Falsos Llanos) aún seguimos en la montaña. No eran las 8:00 horas, cuando el Patxi, el Antonio, el Migué y el que escribe, cogíamos el bus que sube a las Posiciones del Veleta. La ruta era muy larga y rompe piernas, por lo que el bus era indispensable para llevarla a buen puerto. Así que media hora más tarde, estábamos ya con las mochilas a la espalda dirigiéndonos a nuestra primera cordadita, la de los Tajos de la Virgen, para conectar con el refugio Elorrieta en ruinas. Pedazo de cordada teníamos delante, con quince tres miles to enteros pa nosotros solos, bueno, algunos de ellos, tan solo apenas piquitos sobresalientes, pero todos ellos marcados en el mapa, así que nuestro coleccionista de picos y en especial de to los tres miles de Sierra Nevada, osease, el Antonio, tenía una carita de felicidad nunca vista, y pa fastidiarle, apenas le dejábamos hacer fotos, cuando él llegaba, nosotros nos íbamos y que quillo, que no correr, pero sí, sí, la faena era larga y dura y superada esta primera cordada, después de trepar, riscar y reptar por moles de rocas, llegamos a las ruinas de nuestro refugio. Desde Elorrieta se bifurcan de nuevo dos cordadas con muchos tres miles cada una, hoy teníamos en mente patearnos la que lleva al pico del Caballo, hacia nuestra derecha, coronado con éxito la semana pasada desde el sur y sin cordada, hoy desde el norte con una imponente cordada, salvaje, larga, durísima y que vámonos ya, después de un refrigerio, que queda mucha faena.
De nuevo a patear, subir, bajar, fotografiar de nuevo hoy el magnífico valle del río Lanjarón desde su nacimiento. Preciosa laguna cimera en el inicio del río, imponentes laderas de roca suelta, fina y resplandeciente, gracias a la gran cantidad de mica que poseen las rocas del lugar, al menos eso creo… y que venga subir a un tres mil, y que venga a bajar para subir de nuevo a otro, y luego a otro y una laguna cuadrada vista desde arriba preciosa y un camino empedrado que se visualizaba a media ladera, y varios caminos más en el lecho del río y la ladera de enfrente, y que cuando estábamos ya hartos de tanto sube y baja y siendo casi las tres de la tarde habíamos llegado a la falda del Caballo, así que como la semana pasada había sido coronado, pues no había mucho interés por volverlo a coronar, pero claro, entre que el Migué se lo perdió y el Patxi que lento pero seguro y que se crece con las horas de marcha, parribatoduntirón y sin esperar, que cuando me decidí a seguirlos, pues ya me llevaban ventaja. Subidita a ritmo, pues después de la paliza que teníamos ya en el cuerpo, una rampa fortísima hay que hacerla con cabeza, si no después pasa factura.




Comida en regla pero algo desganados por el agotamiento en la cima del Caballo y después de preguntar y ser informados por varios montañeros conocedores del lugar, sobre la senda que vimos desde arriba a media ladera y que llevábamos en el track de seguridad, pues más seguros que antes, nos decidimos tomarla y averiguar si un paso delicado que sabíamos había en la misma, era realmente delicado o cabroncete. Así que nada, nada, pabajo de nuevo, dirección a la laguna del Caballo, esta semana el nevero estaba ya a la mitad y coger la susodicha sendita. Senda montañera al máximo nivel, de alta montaña pura y dura, estrecha, segura, zigzagueante y que después de mucho trecho en llano, en subidas y en bajadas, nos llevó al temido pasito. El Migué que iba primero, nada más verlo, pues como siempre, que vaya mariconada de pasito, que encima le han puesto cadenitas pa las nenitas, que se pasa duntirón y duntirón lo pasó el canalla, que casi me mareo tan solo de verlo. Nosotros, al contrario, encantados con las cadenitas, pues la brecha del barranco daba miedo, así que fotitos y vídeo y palante que ya estábamos cansadillos y aún teníamos que conectar de nuevo con el refugio de Elorrieta.
De nuevo comidita en el lecho del río, antes de abandonarlo, subir a la cordada opuesta a la que llevábamos y conectar con el refugio. Sin parar siquiera y como autómatas, continuar a partir de aquí en continua bajada, haciendo caso omiso esta vez de las Posiciones del Veleta, la cual dejamos  a bastante altura y caminito de las pistas de esquí. Por aquí el que escribe, cansado claro, pero todavía con piernas y cuerpo, sin embargo su pechito empezó a dolerle de tanto respirar hondo durante tantas horas a tres mil metros y la bajada en lugar de hacerla volando, la hice a ritmito, procurando respirar lo más despacio posible. Entretanto el Migué, como no entrena nada y no sale casi nunca, sus piernecitas sensibleras comenzaron a dolerle, según él la tibia, así que nos quedamos algo retrasadillos con respecto al patxi, que cuando nos vio tocados, se creció y en lugar de acompañarnos y darnos ánimos, pues se avalanzó topabajoduntirón, llegando a meta en solitario y levantando los brazos, sin creerse aún la suerte que había tenido hoy, cuando sus compañeros a los que siempre les va siguiendo el rastro, se quedaban atrás y llegaban ocho o diez minutos después que él. El Antonio más feliz que nunca, disfrutando de nuestro desinfle, ya que le permitió hacer miles de fotos tan a gustito y sin tener que correr luego para alcanzarnos.
Llegada a la nave voladora del Antonio en el albergue universitario, cambio de ropa y calzado y directos pa Cenes de la Vega, donde nos repusimos convenientemente de toas las sales minerales perdidas durante el rutón realizado.


Hasta la próxima y como siempre:


SALUD Y FALSOS LLANOS.