sábado, 10 de enero de 2015

CRESTERÍA LA SILLA Y CASTILLO DE FÁTIMA - 10.01.2015



Esta vez hemos sido cinco, Pepa, Patxi, Antonio, Maxi y el que escribe, los que cuando no eran aún las 9:45 horas, con las mochilas a las espaldas, salían de la zona conocida como Tavizna, con la pretensión de realizar toda la cordada de La Silla y visitar el castillo de Fátima en el término municipal de Ubrique. Casi la mitad de la cresta la conocíamos ya de haberla realizado anteriormente cuando la subida a la Silla (920 m) y el pico Adrión (919 m), momento en el que le echamos la vista a la cordadita y nos prometimos realizarla en su momento, momento que había llegado el día de hoy y con unas ganas enormes de andar comenzamos atravesando el río Tavizna, que forma un poco más adelante el bellísimo pantano de los Hurones, y en fuerte subida, primero por una pista forestal y luego por una senda preciosa, hasta la base del pico Higuerón, que hoy no nos pillaba de paso, así que a saltarlo y continuar hacia La Silla. El desnivel enorme, más de setecientos metros, nos hizo sudar a primeras horas de la mañana, avisándonos de lo que nos esperaba en un día tan hermoso como de los que ya llevamos casi un mes seguido, así que a desprendernos de ropa y a subir y subir hasta dar con la sendilla vertiginosa que hay que superar para atacar La Silla por la ladera Este. Al menos tres veces la he realizado y las tres veces he sentido el mismo vértigo al pasarla, transmitiendo mis miedos a nuestra compañera Pepa que iba estupendamente y sin motivo alguno.

Bueno, la subidita al piquito en cuestión también tiene lo suyo, es aéreo e igualmente vertiginoso, pero las vistas son tan increíbles que merece la pena el esfuerzo. Fotos a miles y pabajo que ya íbamos viendo que la cordadita no iba a ser tan simple como nos la imaginábamos. Al poco el Adrión, hasta aquí conocido, a partir de aquí a la aventura, el track de seguridad fabricado directamente en el mapa, el suelo de caliza rocosa muy seco, llevamos ya varias semanas sin llover y casi con caló, así que a lo que más nos gusta, a riscar, a saltar por las rocas, a marinear, a culear algunos, a disfrutar como cabras que nos volvemos en estos sitios y en fin nuestra pobre Pepa no tuvo más remedio que poner buena cara al mal tiempo y yo creo que el gusanillo de las cresterías de seguro que le ha picado y no se pierde a partir de ahora ni una.


La calorcita iba en aumento, así que aprovechando la sombrita de un arbolillo, al lado de una grieta rocosa, desde donde partía una senda bien construida, sacamos nuestras famosas viandas y a comer y beber para reponer lo perdido con semejante temperatura, que de aire ni una pizca, aunque mejor ya que incrementa la sensación de frío y además, pues decidir si seguir palante hasta el final de la cordada o tomar la sendita inesperada que nos habíamos encontrado tan graciosa ella. Claro, pa qué preguntar, a seguir y que ya veríamos de volver si no veíamos clara la bajada de la cordada. Si, si, vamos a volver, al término de la misma, por donde mejor nos pareció, comenzamos a descender por las grietas que mejor aspecto nos ofrecían, a ir torciendo hacia la derecha, llegar a la vaguada donde en el mapa observamos una posible salida de la cresta y tropezarnos de milagro con una senda más o menos visible entre la espesa vegetación, que sin darnos cuenta realmente del infierno vegetal en el que nos encontrábamos, nos sacó sanos y salvos del enredo y casi sin creernos la suerte que habíamos tenido, envalentonarnos para subir al castillo de Fátima situado en propiedades privadas, como de hecho toda la cordada que hoy acabábamos de merendarnos. Así que con el tiempo algo justillo, de nuevo ascensión al castillo, trepadita final al mismo, fotos y pabajo a salir de la zona que aún había que saltar algunas vallas y ya veríamos qué más…

Bueno, no es la primera vez que los malditos cazadores nos la juegan, así que hoy como broche final, después de saltar una vallita perdida con el fin de evitar el paso por un cortijillo, comenzamos a oír disparos, algunos se pusieron nerviosos y que patrás, que mejor por el camino aunque nos pillen y que dicho y hecho, antes de darnos cuenta, estábamos de nuevo saltando la vallita en sentido contrario, así que nada, a seguir bajando, a pasar por el lado de dos cortijos, a no salirnos al paso ni perros ni dueños, a pasar por debajo una enorme cancela con candado y a respirar algo mejor a partir de aquí. La noche estaba ya casi encima, pero aún quedaban algunos kilómetros para llegar a Ubrique, realizamos una pequeña desviación para tomar un caminillo que supuestamente nos llevaría a la gasolinera a la entrada del pueblo, pero cómo no, de nuevo otra alambrada, otra verja y que si es ya de noche para saltar, cruzar el riachuelo y localizar el caminillo y que de nuevo, increíble, patrás y salir al camino semi-cementado que nos llevaría a la salida contraria de Ubrique a la que aspirábamos.


Bueno, como no hay mal que por bien no venga, pues al momento localizamos un bareto en el que una pareja la mar de simpática nos localizó a un amable taxista que nos llevaría al Patxi y a mí al coche aparcado en la zona de Tavizna, mientras, el resto de senderistas, se quedaban tan ricamente en el bareto recuperando sales perdidas hasta que volvimos a recogerlos.

Chapita de Trago Largo para Pepa y para la próxima no se os ocurra faltar u os perderéis aventuras tan fantásticas y emocionantes como las superadas el día de hoy.

Sin más y como siempre:

SALUD Y FALSOS LLANOS.




COMENTARIOS A LA ENTRADA:

Buena aventura, compañeros.
Me alegra saber que, al final, todo saliese bien.
Un abrazo desde Puerto Real.
Franeto.


COMENTARIOS A LA ENTRADA:

Pues sí, aventura condimentada con esfuerzo físico, algún pasillo delicado, muchas, muchas piedras, mucha suerte con el senderillo localizado para salir de la cresta y más suerte aún que no nos pillaran los dueños de estas joyas naturales.
Muchas gracias Franeto.
Igualmente un abrazo desde Sevilla.
Juan José.

lunes, 5 de enero de 2015

TORCAL CANCHA BERMEJA DESDE ZURRAQUE - 05.01.2015


De nuevo no eran las 10:00 horas, cuando mochilas a las espaldas, el Antonio y el que escribe, para aprovechar la mañana del día de reyes, había que volver prontito hoy, salíamos desde la base del cerro Zurraque, próximos a la casa de Patagalana, rodeando al mismo hasta dar con la brecha que nos llevaría al pico Breña (1017 m) y de allí conectar con una cordadita de varios picos hasta el Torcal de Cancha Bermeja y allí tratar de investigar el conocido como canchal o torcal del Infierno. Mañana fría, riachuelos helados y a comenzar a riscar por encima de las rocas como cabras que semos… Después de la Breña, bajar y girar hacia la derecha, colonizando un balconcito de esos maravillosos, que no por su altura, sino por su ubicación, nos hace tan felices para gozar estos magníficos días de sierra con que nos han regalado estas navidades. Esto sí que es un regalo y no las tonterías empaquetadas que nos hacemos a lo bestia en éstos días…

En fin, pues naranjita riquísima, dejar sin ninguna gana el balconcito y volver a bajar y a subir de nuevo a otro piquito y de nuevo lo mismo, por un canchal de rocas y más rocas, marineando como siempre y llegar al punto más alto del torcal. Desde aquí divisamos una lengua de piedra preciosa, con sus ventanales gigantes y terracitas, y claro, pabajo hasta dar con la misma, bichearla y comernos las vituallas que portábamos.

El torcalito del Infierno, dentro del Torcal de Cancha Bermeja a nuestros pies, no dejábamos ni un momento de observarlo y de temer que sus paredes verticales no nos auguraban nada bueno. Que parece que hoy no lo vamos a patear, que bueno, ya que estamos aquí vamos a acercarnos y a ver qué pasa, que nos acercamos y la pared parece que tiene posibilidades, que no lo pensamos y nos ponemos a trepar por las grietas y en un plis-plas, en el primer rellanito precioso, rodeado de rocas torcalianas magníficas, que podemos subir a donde queramos, que por la derecha, a bordear el corralito y a través de una grieta increíble, subir a la roca más alta del torcalillo, pequeño pero muy vertiginoso y complicado. Un poco más allá, después de bajar y culear un poquito, de nuevo vistas generosas, el torcal a nuestros pies y que vámonos ya que el tiempo se nos echa encima, así que volver a salir por donde mismo, localizar una grieta ancha de entrada a la parte baja del torcalito, dejarla para otro día de investigación, localizar el camino que bordea al cerro Zurraque por la derecha y volver al coche, que rápido y sin pasar hoy por el bareto de Montellano nos dejaría en casita para ver los reyes, que a ver si nos dejan algo.

Sin más y como siempre:

SALUD Y FALSOS LLANOS.




COMENTARIOS A LA ENTRADA:

Hola, un saludo. Acabo de conocer este blog, por un compañero que se ha hecho seguidor de nuestro blog: Caminos & Caños.
Nosotros estuvimos en ese torcal y rodeamos el Cerro Zurraque, hace algo más de un mes. No sabíamos como acercarnos, así que dejamos el coche en Villaluenga, y tras pasar el torcal, rodeamos el cerro de antes y buscamos un posible camino para salir de allí... acabamos en la pista que atraviesa los llanos de Libar, y ya rodeamos por el puerto del Correo, para recuperar el coche. Es una zona preciosa.

Gracias por tu trabajo, estaré atento a tu blog.

COMENTARIOS A LA ENTRADA:

Efectivamente es una zona preciosa, pero adentrarse en el torcalillo del Infierno, como he leído por ahí que lo llaman, es algo dificultoso y tienes que estar muy acostumbrado a saltar por encima de moles de roca caliza con sus cuchillares incluidos. Muchas gracias por tu comentario.

sábado, 3 de enero de 2015

CORDADAS DE MONTEJAQUE - 03.01.2015



Teníamos programada una rutita para el 3 de Enero y así contentar a nuestro Migué, que ese día tenía libre, de manera que no eran las 10:20 horas, cuando mochilas a las espaldas, el Migué, el Antonio y el que escribe, se estrenaban este nuevo año con lo que iba a ser todo un rutón. Salíamos un par de kilómetros antes de Montejaque, en dirección al Boquete de Mures, donde al localizar una ancha grieta factible de ser escalada o trepada por nuestras fantásticas botas, pues parribatoduntirón, marineando entre las rocas, saltando y gozando como solemos hacer en este tipo de rutas. Al momento, el pico Mures (871 m) estaba colonizado y como las energías eran enormes, pues que a la vuelta nos subimos un momento al peñón de enfrente y lo bicheamos también…
Pues nada, primera crestita simpática del día, esto de las crestas no es que haya que pasarlas obligatoriamente, no, también se puede bajar del pico, andar por el llano e ir buscando la zona más cómoda de la ruta, pero nosotros, los verdaderos Tragos Largos, grupeto extremo de Falsos Llanos, vamos buscando precisamente eso, las cordaditas simpáticas, agradables de pisar por encima de rocas afiladas como cuchillos, saltando de roca en roca, trepando por sitios inverosímiles, accediendo a lugares paradisíacos hollados tan solo por las cabras y nosotros y en fin más contentos que otra cosa hasta que a alguien se le ocurre pensar en bajar de la primera crestita para dirigirse a otra que estábamos dejando frente nuestra, lo lógico es terminar una y comenzar otra, pues no, pues pabajo que luego ya terminaremos ésta, así que a buscar el inicio de la segunda y a volver a crestear de lo lindo, comenzar a ver que estábamos tardando más de la cuenta, por lo que decidimos no volver para terminar la primera cordadita, lo lógico claro, y seguir en busca de la tercera cordada, ésta si de verdad, alta, agreste y exigente, tanto que al final de misma unos crestones rocosos que daban miedo tan solo de mirarlos, nos impidieron acabar la cresta, pues caía a plomo hacia abajo, así que a buscar una salida por el lateral y llegar tras superar una fuerte pendiente a la ermita de la Escariuela de Montejaque.

Un pequeño respirito, unas fotitos y atravesar un llanito para a continuación volver a subir y encararnos con la cuarta cordada del día. Nos cruzamos con unos escaladores que venían de la ferrata de Montejaque y al poco con una valla de alambre que no hubo más remedio que saltar de cualquier forma. Pensábamos que hoy, el principal problema serían las vallas, ya que toda esta zona es privada y la verdad es que tuvimos que saltar varias, sin embargo el principal problema de hoy fueron las cuatro crestitas a superar, de las que tan solo teníamos noticias de una, así que de nuevo por otra cordada muy agreste por el tamaño de las rocas y la vegetación demasiado crecida y espinosa, pues a buscar de nuevo camino, es un decir, arañarnos y pelearnos de lo lindo con la naturaleza, seguir viendo paisajes increíbles, el día claro, azul y hasta calor, volver a llegar a un punto inaccesible y buscar la mejor forma de salir del apuro entre medio de rocas y moles de rocas.
Ahora sí, a la sombrita de un arbolito, nos comimos nuestras viandas en la falda de la montaña, con un súper cortijito de ensueño frente nuestra, con la cosilla de que íbamos por propiedades valladas y con algo de temor por aquello de los perros sueltos, seguir hacia abajo pegados a una alambrada, volver a saltarla y salir a un camino. Ahora teníamos por delante el último trocito de nuestra alargada montañita de hoy y de nuevo otra vallita que o la saltábamos o acortábamos la ruta y claro, poyaque estamos aquí, saltito y como a quien lleva el diablo, más que andar, correr por la linde de la finca, por si nos pillaban que ya estuviéramos casi en lo alto, volver a saltar otra vallita y entrar en otra propiedad, hacerme un enorme siete en el pantalón, seguir subiendo como posesos y llegar a la parte más alta de la zona donde una plancha enorme y lisa de roca caliza y pura, nos llevó a un precipicio casi encima mismo de la famosa cueva del Gato. Fotos y a continuar que el tiempo se nos iba y la noche se nos echaba encima. Apenas habíamos recorrido kilómetros, pues las crestitas ralentizan muchísimo la marcha, teníamos que bajar de la montaña, cosa que hicimos por donde la ferrata de Benaoján, la cual localizamos por azar o porque el fabricante de rutas tiene ya un vicio enorme, coger la carretera asfaltada un kilómetro, localizar el camino de la cueva del Gato, que enlaza Ronda con Jimera de Líbar, pasando por Benaoján, fotitos en dicha cueva y continuar con el ocaso del sol hacia el boquete de Mures por su parte sur. De noche y con los frontales, comenzar la fuerte y larga subida hacia el boquete, luna enorme y brillante, lo cual facilitó la subida y llegada al coche algo cansadillos pero raudos y veloces hacia el bareto de Montellano a recuperar las energías perdidas durante el día.

Sin más y hasta la próxima y como siempre:

SALUD Y FALSOS LLANOS.