sábado, 24 de octubre de 2015

SIERRA DE LOS MERINOS-PICO VIENTO - 24.10.2015



Bueno, pues para una rutita de exploración, no eran las 8:30 horas cuando el Antonio y el que escribe, únicos sobrevivientes este curso del grupeto Tragos Largos, pues se ponían en marcha para en fuerte subida inicial tratar de pisar el Cerro del Viento, sito en la Serranía de Ronda, unos km antes de El Burgo. Una enorme brecha en el perfil del roquedo que llevábamos a nuestra derecha, nos abdujo al momento al Antonio y a mí y a comenzar a escalar por rocas, grietecitas y pasitos delicados por la altura y la humedad de las piedras, el día nublado, recientemente llovido y con amenazas de llovizna. Po bueno, a no mirar pabajo y subir y escalar y acabar la fuerte pendiente con unas fotitos de esas que casi asustan cuando al día siguiente las ves.
Continuar a nuestro aire y terminar pisando nuestro Viento en un día campero por excelencia en esas primeras horas de la mañana. Nos quedaba nuestra cuerda vislumbrada meses atrás desde la carretera y que desde arriba vimos que se trataba de un enorme cortado a nuestra derecha, lo que se ve desde la carretera y una meseta interior elevada y pedregosa, así que por el mismo filito de la roca a bajar y bajar, trepar y trepar y riscar y riscar hasta dar fin a nuestra cordadita del día. En un momento dado tuvimos que atravesar una alambrada en plena cordal, acción que tuvo su efecto colateral al final de la misma. Acabábamos de hacernos las últimas fotitos en la cuerda ya acabada, cuando unas voces nos llamaron la atención, que qué hacíamos allí, que si teníamos permiso, total, que bajamos sin prisas hasta encontrarnos con él al parecer hijo del dueño de donde nos encontrábamos. Saludos de rigor, mucha educación y respeto por nuestra parte, carabina en las manos del dueño, y que si no teníamos permiso era porque no sabíamos dónde pedirlo, que veníamos de hacer la cordada, que nuestras intenciones son tan solo senderiles, que hay que tener cuidado porque él caza jabalíes y debe saber quién anda por allí, que le pedimos permiso para continuar nuestra ruta y que buenamente nos lo da el hombre, incluso para atravesar la finca, subir los piquitos que nos quedaban y saltar de nuevo la alambrada procurando no dañarla. La educación y el respeto lo vencen todo, a veces nos metemos en propiedades privadas sin saberlo, otras sabiéndolo, pero siempre con respeto si nos pilla el dueño, hasta ahora no hemos tenido problemas.


Así pues a terminar de pisar todos los carramolitos, como llaman en esta zona a los piquitos, intentar subir al último de ellos, el que aparece en el IGN como Cerro de las Novetas y que ya nos dijo el simpático dueño que eso era propiedad del ejército, de los legionarios, para hacer prácticas de tiro y en efecto llegados casi a la base, unos cartelitos nos advertían de “Prohibido el paso, zona explosivos” y qué queréis como nuestro valor está plenamente demostrado y no somos inconscientes, pues patrás y terminar nuestra ruta con la llegada a nuestro vehículo, ese que nos lleva siempre raudos y veloces al bareto de Montellano a rehidratarnos convenientemente de las sales minerales perdidas en un buen día de pateo rocoso.

Sin más y hasta la próxima:

SALUD Y FALSOS LLANOS.

sábado, 3 de octubre de 2015

CRUZ CAMAROLOS Y CHAMIZO - 03.10.2015



Me falta tiempo para dedicarle al blog, así que al menos una breve reseña para contaros que el pasado Sábado 3 de Octubre del presente, el Antonio, el Patxi y el que narra, pues no eran las 8:45 horas, cuando mochilas a las espaldas, salían de la zona conocida como el Llano del Hondonero, según el IGN o llano donde el nacimiento del río que sale de la enorme peña caliza que forma el Chamizo, en Villanueva del Rosario, cerca de antequera, una de las peñas más montañeras de Andalucía, como muy de acuerdo estoy con varios comentarios que he leído por ahí, por internet...
Hoy, el Antonio se había fabricado un rutón, este año no tengo ni tiempo para fabricarlas yo, así que me fío plenamente de él, quería que de nuevo subiésemos a la Cruz del Camarolos, subida hace algunos años y nos asomáramos a la zona conocida como el Realengo. El pico Cruz fantástico, mañana muy nublada que presagiaba que no pasaríamos demasiada caló, pero claro, cuando comenzaron las primeras pendientes extremas de dicho piquito, pues que te sobraba casi tó, así que de nuevo hoy a sudar como bestias y parriba a la crucecita... Colonizada ésta, pues naranjita y pal Realengo, bajando por una zona de grandes bloques y canalillos que usamos para descender como pudimos y como nos gusta y palante hasta asomarnos a la cornisita que el Antonio nos había preparado. Vistas fantásticas de la Peña Negra, extraordinaria cresta súper vertiginosa que también hemos realizado e ir calculando una posible ruta de ataque a la peña desde donde nos encontrábamos, ya veremos, que luego nos metemos en líos por fabricar rutas casi imposibles.



De nuevo en marcha, ahora en dirección a nuestro querido Chamizo, para lo cual teníamos que cruzar una cordadita de rocas y claro, que mejor hacerla de camino, que trabajo no nos cuesta, claro, trabajo no, pero sudores a mares, así que haciendo caso omiso al track de seguridad, a marchar hacia la cresta y subirla por donde mejor nos pareció, con chimenetita incluida y a patearla casi entera, luego dirección oeste, primero por unos llanitos preciosos y luego por una zona pedregosa con muchísimo matorral pinchoso, nada recomendable, tan solo pa cabras y nosotros, así que fatigados de tanta molestia, parar a comer en un sitio idóneo para echarnos luego la mini siestecita después de los bocatas.
Al fin en la base del Chamizo y parriba a lo bestia, no hay otra forma, esta mole rocosa es descomunal y una vez alcanzada la cresta, muy aérea durante todo el trayecto que dura hasta el vértice, con muchas trepadas y canutillos que nos hacen gozar a los que nos gustan estas cosas, al resto mejor que ni lo intenten. Esta vez hemos cruzado el "pasito de mahoma" localizado un poco antes del vértice y que hizo las delicias de estos tres treparrocas.
El día se iba agotando y la idea del Antoñito era patearnos toa la cresta del Chamizo, sí, sí, después del pico viene una zona algo complicada que requiere tiempo, esfuerzo y habilidad, así que llegamos al punto donde dos grandes hitos de piedra indican un extremo, seguir pabajo y llegar a otra zona vertiginosa y sin saber lo que nos esperaba debajo. Teníamos algo menos de dos horas de luz, así que muy sensatos esta vez, decidimos dejar para otra ocasión la proeza y volvernos patrás, subiendo lo bajado, hasta localizar una de los dos bajadas que tiene el Chamizo. Bajar casi destrepando debido a la fortísima pendiente, llegar a la alambrada que te ayuda algo a terminar el descenso, llegar al camino que nos lleva al mirador nuevo que han hecho por encima del nacimiento y enfilar la pista que nos llevaría ya completamente de noche al vehículo que rápido y veloz nos traería sanos y salvos a nuestro pueblete para la consabida rehidratación obligatoria de un día aprovechado hasta sus últimos minutos como Falsos Llanos mandan.

Sin más y hasta la próxima:

SALUD Y FALSOS LLANOS.