sábado, 26 de marzo de 2016

LA MAROMA POR ALCAUCÍN - 26.03.2016




El blog este curso está súper atrasado, no por la cantidad de excursiones, sino por la tardanza en colgar las rutas. Po bueno, po no eran las 10:45 horas, cuando de nuevo con mi inseparable compañero y mejor amigo Antonio, salíamos de Alcaucín hacia la Maroma, por el llamado Camino de los Colmenares, en dirección a la zona recreativa el Río, en un espléndido día primaveral, para tratar de culminar el pico más alto de la provincia de Málaga, la Maroma (2069 m) ya colonizada por estos Falsos Llanos por su zona norte, la del Robledal. Preciosa, magnífica, montañera, esta cumbre no tiene desperdicio, puedes subir por la ladera que te plazca que siempre merece la pena, me quedan aún varias, pero no importa, mejor, así siempre tengo rutas para realizar sin repetir, así que quitándonos un poco de ropa, tras pasar la mencionada zona recreativa, al momento dejar el cómodo camino y coger uno menos trazado. Las vistas empezaban a ser inigualables, el Boquete de Zafarralla magnífico, los Tajos de Sábar majestuosos, la caló algo agobiante por la dureza de la subida, aunque aún no es tiempo para sufrir demasiado por la misma, basta quitarte ropa y parriba ligerito, hasta darnos cuenta de haber equivocado el rumbo, así que patrás y de nuevo coger el camino correcto que en fortísima ascensión nos llevaría a conectar con una preciosa y muy montañera senda que ya no dejaríamos prácticamente hasta encumbrar la Maroma. Aquí frutita reponedora, paisajes increíblemente bellos, mañana exquisita de senderismo y de nuevo a subir, ahora en zig-zag hasta llegar a una vertiente de aguas donde la pendiente se suaviza. Fotos, bocanadas intensa de aire y a seguir, en un pequeño pinarillo, un caballo abandonado a su suerte, al lado de una fuente con agua, pues a tomar un bocatita y dar de comer algo al pobre animal lisiado de una pata trasera.
Ya quedaba poco, así que palante y otro tremendo esfuerzo para superar la última rampa de la Maroma, la cual estaba hoy de fiesta por lo visto, o por lo menos así lo parecía de concurrida que estaba. Caballos semi-abandonados por doquier haciendo las delicias de los montañeros-as, cola para subir al enorme vértice que tiene esta anchísima explanada que forma la cumbre de la Maroma y foto de rigor cuando nos tocó el turno. Aquí sí, aquí nos tomamos nuestras viandas de rigor, con nuestras cervecitas frías, frías, bueno como el Antoñito nunca las echa pues se quedó sin probarla, tan solo un buchito como decimos los trianeros. Sol pleno, pequeños neveros por doquier, temperatura bastante soportable con el sombrero puesto, vistas fantásticas de la Almijara potente hacia el este, con casi todos sus piquitos hollados por nuestras botas, el Navachica, el Lucero, el Cisne, el Cielo, los tajos Almendrón y Sol, el mar infinito, azul y bello y mucha, mucha gente montañera y no tanto, así que pabajo, haciendo un circular en la ruta de hoy como nos gusta a los Tragos Largos de Falsos Llanos, hacia el llamado Collado de la Torrecilla como lo nombra el IGN…senda montañera igualmente, que hoy de bajada en lugar de subida si viniésemos de Canillas, nos llevaría al cabo de un buen rato a una pista forestal que nos enlazaría con la inicial de subida de por la mañana. Felices y gozosos, de nuevo con la nave que vuela bajito del Antonio, pa casita y a reponernos e hidratarnos convenientemente y sin más y hasta la próxima:

SALUD Y FALSOS LLANOS.








jueves, 24 de marzo de 2016

ALCORNOCALES - SUBIDA AL PICACHO - PRIMOS-AS - 24.03.2016



Bueno, este año tocaba subir al Picacho (883 m) con los primos, quizás el pico más emblemático de Los Alcornocales, el bosque mediterráneo mejor conservado de toda Europa, así que no eran las 12:20 horas, este año un poquitín más temprano ????, cuando un numeroso grupo de senderistas y senderistos, entre primos, amigos y gente de bien, aparcábamos donde podíamos, los mejores sitios estaban ya ocupados claro, un poquitín de carretera y a pasar la portilla donde la foto de grupo antes de la hermosa subidita que nos esperaba.
Los más chiquillos como siempre al principio casi corriendo, los más veteranos guardando fuerzas, que ya conocemos a este guía, que menos mal que es de la familia, y que ya estaba pensando que tal vez fuese posible después de coronar el Picacho, pues acercarnos al bosquecillo de robles melojos escondido del común de los mortales y donde pensaba yo podíamos almorzar. Si, si, almorzar, la subidita muy cómoda al principio, por el Canuto de Puerto Oscuro, una gozada, tralará, tralará, fotito de grupo en la charca donde se refleja el pico en cuestión, llegada a un bosque de alcornoques fantásticos, sitio donde se quedan las familias cuerdas a pasar el resto del día, pero nosotros no, nosotros parribatoduntirón, a seguir gozando de la subidita hasta que los niños se nos cansaron y primera parada para reponer del día. Claro las paraditas no son paraditas, son súper paradas en condiciones, donde los embutidos y bocadillos de todo tipo acompañados de todo tipo de bebidas salen por arte de magia de las mochilas tan sudorosamente cargadas. Así que al buen ratazo, pues a seguir subiendo, ahora por una sendita muy montañera y preciosa y a ir cogiendo altura y vistas inigualables, por supuesto para ser fotografiadas con todo el tiempo del mundo por delante. Otro tironcito y llegar al puerto donde girando a la izquierda nos sube al Picacho y si cogiésemos hacia la derecha nos llevaría a la cordada Picacho-Algibe…
Las fuerzas iban decreciendo por momentos, esta parte final se empina un poquito y algunos resollaban ya de manera ruidosa, así que a no mirar patrás y seguir parriba, parriba hasta llegar a la cumbre donde unos arbolillos de manera automática hicieron que la mayoría se desprendiese de sus mochilas y dijese aquí y ya no más, me como to lo que me queda y me bebo hasta el sudor de la camiseta. Así que a muy poquitos metros de la cumbre propiamente dicha, pues a comer y reponer y charlar y charlar que esta familia de eso entiende un montón.
Unos pocos, después de comer en regla, pues subimos a contemplar las maravillosas vistas del Picacho, fotos de emoción y pabajo, de vuelta por donde mismo hasta el puerto mencionado más arriba. Aquí el guía, ese de las ocurrencias fantásticas, pues que lo mismo os enseño un bosquecillo de robles muy escondido y terminamos bajando por el mismo Puerto Oscuro. Así que sin escuchar a su mujer que advertía que mejor pabajo por donde mismo, otra subidita que dejó sin papeles a más de uno y al convencerme que no era razonable seguir con mi cabezonería, pues patrás, a enlazar el puerto de nuevo y comenzar la bajada de la senda gloriosa donde algunos se dejaron literalmente las botas y a la foto me remito y acabar la ruta sanos y salvos y con muchas, muchas ganas de que este guía de primo o primo de guía, nos vuelva a llevar el próximo año a otra fantástica ruta de cualquiera de nuestras fantásticas sierras andaluzas.

Sin más y como siempre:

SALUD Y FALSOS LLANOS.





sábado, 5 de marzo de 2016

EXPLORACIÓN INTEGRAL PEÑA DE LOS ENAMORADOS-05.03.2016




Llevaba ya mi compañero Antonio mucho tiempo, demasiado, queriendo explorar íntegramente la Peña del Indio (878 m) o Peña de los Enamorados como nos recuerda el IGN. Tiempo ha que después de subir al pico Cabras que está enfrente, hicimos el doblete de subir a esta bella peña, pero claro, una cosa es hacer cumbre y otra explorarla a lo bestia, así que no eran las 10:50 horas, cuando salíamos con nuestras mochilas de la base, junto a las vías del tren y a disponernos a cruzarlas rápidamente para evitar tanto el peligro del paso del tren como la prohibición que hay de cruzar o circular por dichas vías. Localizada una pista de tierra, de seguro de una antigua cantera existente, pues a seguirla e investigar por las ruinas de dicha cantera, antes de disponernos a subir la primera de las enormes pendientes que nos esperaban hoy.
Pensábamos recorrer la peña haciendo un circular en sentido contrario a las agujas del reloj, así que sin mapa ni ná, a mirar hacia arriba, a resoplar un poco y alcanzar la primera crestita del día. Como la tarea de hoy no era tampoco enorme, a la primera que vimos algunos espárragos, pues que a ir cogiéndolo e ir reuniendo a lo largo del día un buen manojo, que al final nos repartimos el Antonio y el que escribe y con los que se hicieron hasta tres enormes tortillas exquisitas. Pero eso es otro tema, entre espárrago y espárrago, pues ir subiendo por la cresta exterior oeste, con unas vistas magníficas, día precioso, frío y soleado, asomarnos a todas y cada una de las grietas existentes, y coronar en un llanito por donde localizamos otra forma de entrar en nuestra peña algo más suave de la que estábamos haciendo. A mirar parriba de nuevo, a distinguir unas roquitas fantásticas y medio trepando o reptando a cuatro patas a veces, terminar coronando un balcón inigualable, con azulejito de virgen incluido y primera naranjita del día. A esto, escuchar voces en la cumbre, la teníamos justamente encima, al final de un cortado vertiginoso e insalvable, y averiguar lo que parecía un grupo de chiquillos. Nosotros a lo nuestro, a bajar hasta una pequeña plataforma, rodearla e investigarla y observar que por esta cara la peña es impracticable, tan solo para escaladores, así que a descender un poquitín, dar un pequeño rodeo en sentido del reloj, y encontrar la subida a nuestro querido peñón. Justamente al comienzo de la fortísima pendiente que nos dejaría en un puertecillo antesala de la cumbre, un grupo de chiquillos, guiados por su maestro, bajaban alegremente, felices y contentos y nosotros pensando un poco en la locura de meter un grupo de niños en una peña como ésta, tan agreste, dura y vertiginosa???...



Parriba a lo bestia, el senderillo debido a la pendiente no existe y llegar jadeando a nuestra pequeña plataforma de impulso hasta la cumbre. A partir de aquí es muy fácil si te acuerdas de mirar hacia el vértice que se ve estupendamente y comienzas a subir lo más recto posible hacia él, nosotros sin mirar y confiados pues nos desviamos un poco hacia nuestra izquierda, hasta dar sin querer con una cordada que viene de un poco más abajo y que enlaza con la cumbre, pero claro, hay que pagar el peaje que tanto nos gusta de ir saltando de roca en roca, de rocota en rocota y no tener miedo al vacío que tienes a ambos lados y para colmo pensando que los chiquillos habían estado por aquí cerca unos momentos antes y el miedo que no sientes por ti, sentirlo por ellos, así que hasta que no llegamos al vértice no se nos fueron de la mente, cada vez que teníamos que hacer un saltito comprometido.
Comida en la hermosa cumbre, toa entera pa nosotros y a bajar siguiendo nuestro circular, desviándonos un poquitín hacia un piquito que a nuestro Antonio cualquiera se lo niega. Continuar bajando por la cordada que nos hizo pasar algún mal rato un poco antes, hasta que se hizo impracticable y decidimos bajar por nuestra derecha según descendíamos. Habíamos visto un poco antes un rebaño de monteses enormes, todo hembras y crías y hete aquí, que en un llano sembrado de la Casilla de la Peña (ver IGN), abajo del todo y cerquita de un rebaño de ovejas, un grupo de ocho monteses machos, pastaban tan tranquilos los tíos, como si nada, el mundo al revés vamos…
Bueno, tan solo nos quedaba volver a las vías, volver a atravesarlas rápidamente y volvernos con nuestro vehículo, rápidos y veloces a algún baretillo de esos que nos ayudan a rehidratarnos convenientemente.

Sin más y hasta la próxima:

SALUD Y FALSOS LLANOS.